Esta abogada compartió la historia de su cliente luchando por ponerse al día con la tecnología moderna después de 30 años en prisión

La modernidad, en su esencia, refleja lo que es contemporáneo en nuestra vida cotidiana. Este término es siempre fluctuante, ya que hubo un tiempo en que la rueda se consideraba el punto álgido de los logros y los aviones eran una abominación técnica impía. Pero las opiniones evolucionan con los tiempos y la tecnología moderna es lo que hace avanzar a las sociedades: hace unas décadas, nadie soñaba con los teléfonos inteligentes, y ahora no podemos salir de casa sin ellos. La comprensión de la tecnología a menudo nos llega de forma gradual, ya que vivimos rodeados de ella y, cuando llega algo nuevo, tenemos una base firme en la que apoyarnos. Pero, ¿qué ocurre cuando nos quitan esta base y nos meten de lleno en un crisol de tecnología que no entendemos y sistemas que ya no recuerdan lo que son los documentos en papel?

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Un hilo de Twitter arroja algo de luz sobre lo poco preparados que están los ex reclusos para reincorporarse a la sociedad

Créditos de la imagen: Sara (no es la foto real)

Esta abogada de derechos humanos revela que su cliente, que pasó 30 años en prisión, tiene dificultades con la tecnología

Créditos de la imagen: _MariaBurnett

La abogada de derechos humanos Maria Burnett tiene un cliente que salió de la cárcel tras cumplir una condena de 30 años. Después de tanto tiempo, es natural que tenga muchas cosas a las que acostumbrarse de nuevo, pero va un poco más allá. Burnett dijo que se resistía a admitir que no tenía ni idea de cómo acceder a los documentos o servicios cruciales que necesitaba porque todos giraban en torno al uso del espacio digital.

Le enseñó a utilizar una laptop y le explicó diferentes términos relacionados con la tecnología

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“Le conseguí una laptop y pasamos un día este fin de semana repasando todo, la diferencia entre el servicio celular y el wifi, entre los textos y el correo electrónico, dónde encontrar cada cosa en un teléfono y en una laptop”, dijo Burnett. El hombre pasó décadas fuera del mundo de la tecnología, así que es comprensible que esté un poco atrasado. Pero la falta absoluta de información o formación para personas que básicamente han entrado en una nueva era con conocimientos anticuados puede ser perjudicial”.

La abogada afirmó que la sociedad tiene expectativas poco realistas de que él ya sepa todo esto

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Según ella, incluso las oficinas de servicios sociales de DC asumieron automáticamente que él sabría cómo presentar formularios en línea, enviar correos electrónicos, escanear documentos y utilizar otros servicios en el espacio digital. Admitió que ni siquiera ella misma pensó que su cliente estuviera desconectado de la tecnología, ya que todos la utilizamos de forma natural en nuestra vida cotidiana sin problemas.

Al cliente le costó mucho esfuerzo hacerse con la tecnología moderna

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Aunque los presos tienen algún tipo de sistema de correo electrónico, Corrlinks, está diseñado y gestionado específicamente para que los reclusos se pongan en contacto con el mundo exterior. Cuando el cliente se convirtió en un hombre libre, las tres décadas no tardaron en alcanzarle, sin que el gobierno estableciera ninguna asistencia para ayudarle a adaptarse. Tuvo que aprender todo desde cero y, con algo de ayuda y determinación, consiguió dominar al menos algunos aspectos fundamentales, lo que es especialmente importante en el clima actual, cuando la mayor parte del mundo ha trasladado sus servicios a un espacio digital.